Recorrido personal I
Madrid
Galería Victoria Hidalgo, del 2 al 21 de octubre de 2008
El propio título de esta exposición nos sitúa en la intención de la artista en la ejecución de su obra actual. A lo largo de las distintas muestras individuales, como en las participaciones o colectivas de los últimos años, hemos disfrutado de su personalísima visión de la vida urbana de los paisajes que surgen en lugares concretos de nuestra geografía. Sin solución de continuidad, pero con una indudable querencia por su el desarrollo de una pintura que poco a poco se va desembarazando de compromisos concretos sobre la propia ciudad, Lola nos propone, y esta muestra es quizás la primera posta de ese nuevo recorrido, una evolución más sobre la visión de recorrido dinámico en su pintura, en detrimento del lugar estático.
Se trata, si se nos permite la licencia de la comparativa, de una evolución asimi- lable a la de la historia de la fotografía en el pasado siglo XX (salvando la enor- me dimensión de este fenómeno en cuanto a su trascendencia y su magnitud cuantitativa). Como decimos, a finales del siglo XIX y principios del XX las téc- nicas de la fotografía situaron al hombre en la capacidad de capturar instantes detenidos en el tiempo, primeramente, y con la aparición de las secuencias de imágenes denominadas cine, la consecución de un avance más en la captura no ya del instante sino de un fragmento más o menos prolongado de tiempo; de recorrido en definitiva.
Vayamos ahora, con este concepto homólogo en nuestro pensamiento, a exa- minar la obra de Lola Montero en las exposiciones presentadas en los últimos 10 años, por establecer un fragmento de tiempo suficientemente ilustrativo.
Cádiz, Cartagena, Ciudad Real, Granada, Santander, Madrid, Sevilla... todos ellos fueron lugares a los que Lola aplicó su particular captura e interpretación de la realidad (no olvidemos que figurativa). Fueron pues aquellas, sutiles impresiones de lo que la luz de esos lugares dejaban expuestas en la retina y el pincel de la artista.
Ahora, y con este adverbio temporal entendemos una acotación artificial a la que recurrimos para simplificar esta homología, el objeto a cambiado. Donde antes el esfuerzo venía aplicado en la interpretación del instante, ahora percibimos una atrevida, pero fructífera, reflexión sobre el recorrido desde y hasta esos mismos lugares. Cada obra es un poco hija de la anterior y madre de la siguiente. Quién no ha experimentado en alguna ocasión, en los viajes, en los recorridos, esa sen- sación de cambio de escena que provoca el pasar de un paisaje árido a otro más florido, o incluso el cambio del paisaje urbano a los arrabales o los primeros campos de labor que continúan a aquellos.
Esa sensación de cambio, resulta difícil de percibir si no existe una fractura, una diferencia entre el lugar anterior y el presente, y es precisamente ese resto que queda en nuestras retinas el que nos permite interpretar el lugar presente con una leve veladura impuesta por el anterior.
Como aquellos pioneros ávidos por la caza del tiempo en la imagen fotográfica del siglo pasado, Lola se encuentra multitud de dificultades, sinsabores y, cómo no, logros y fracasos en este intento de interpretar el propio cambio. Disfrutemos nosotros del proceso y de sus resultados. Olvidemos un poco el lugar concreto del recorrido que nos presenta cada obra aquí mostrada y apliquemos nuestra imaginación a visualizar este primer recorrido personal que esta pintura sincera y comprometida nos ofrece sin reservas.
Inauguración: viernes 2 de octubre de 2008 a las 20:00 h (se precisa invitación)
Lugar: Galería Victoria Hidalgo. C/ Ruiz de Alarcón, 27. 28014. Madrid
Contacto: Lola Montero, info@lolamontero.com
Catálogo: disponible en la galería bajo pedido. Para obtener la versión electrónica pulse en este link Recorrido personal I. Lola Montero, Madrid, 2008
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